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Formación Teológica

Objetivo

Pretende ofrecer procesos sistemáticos de formación en la teología y el hecho religioso (como manifestación histórica, social y cultural), adaptada a los procesos psico-evolutivos de los miembros de la comunidad educativa. En nuestros alumnos esta formación se realiza a través de las clases de Formación de la Fe.  Éstas  clases deben brindar herramientas que permitan a los alumnos desarrollar su capacidad argumentativa y analítica, de manera que puedan dar razón de lo que crean. Su finalidad no es proselitista y se imparten a todos los alumnos del colegio con una frecuencia semanal de dos horas.

El aporte principal del área de Formación Teológica al proceso de formación en la fe consiste en “la formulación racional (‘cultural’) de la identidad cristiana, y la posibilidad de integrar el saber religioso entre el conjunto de saberes humanos”[1] que parte del reconocimiento del intelecto humano como don de Dios y medio para la evangelización y el conocimiento de la verdad. Así mismo, el mundo bíblico y teológico tiene su propio lenguaje y puede ser mal interpretado sin el estudio debido. “La iniciación en el lenguaje simbólico bíblico-religioso, es base para la comprensión y expresión de la fe y para poder llegar a captar las experiencias originales de la fe a través de las formulaciones que la Tradición nos ha legado”.[2]

“Por creer que Dios está activo en toda la creación y en toda la historia humana, la educación de la Compañía promueve el diálogo entre la fe y la cultura, que incluye el diálogo entre la fe y la ciencia. Este diálogo reconoce que las personas al igual que las estructura culturales son humanas, imperfectas, y a veces afectadas por el pecado y necesitadas de conversión"[3]

El aporte específico de esta actividad formativa a nuestra espiritualidad ignaciana radica en la profundización en el conocimiento de Cristo y de su mensaje, sobre todo cuando esa profundización no está fundamentada exclusivamente en el saber teológico, también se vale de los saberes humanos, especialmente de la arqueología y la historia, pues “la visión que Ignacio tiene del mundo está centrada en la persona histórica de Jesucristo. Él es el modelo de toda vida humana, a causa de su respuesta total al amor del Padre en el servicio a los demás. Él comparte nuestra condición humana y nos invita a seguirle bajo la bandera de la Cruz, en respuesta de amor al Padre. Él está vivo en medio de nosotros y sigue siendo el Hombre para los demás en el servicio de Dios”. El estudio de la Historia Sagrada, especialmente de los evangelios, y el estudio de la historia de la Iglesia son pilares importantes en la formación de una consciencia de protagonismo histórico en la construcción del reino de Dios.[4]

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[1] SEBÁ LÓPEZ, Hernando.  “La Pastoral Juvenil, auténtico lugar catequético”.

[2] Ibíd.

[3] Las Características de la Educación de la Compañía de Jesús N° 38.

[4] “La educación de la Compañía está consagrada al desarrollo religioso de todos los estudiantes. Ellos recibirán instrucción sobre las verdades básicas de su fe. Para los estudiantes cristianos, esto incluye un conocimiento de la Escritura, especialmente de los Evangelios.” Las Características de la Educación de la Compañía de Jesús N° 110.

Formación Psico-espiritual

Objetivo General

“Programar actividades de formación espiritual dirigidas a todos los miembros de la comunidad educativa que promueva su madurez afectiva y espiritual a partir del conocimiento personal, la relación con los demás y el encuentro orante con el Dios de Jesús en el marco de la fe de la Iglesia y la espiritualidad ignaciana.”

Objetivos Específicos1.Realizar actividades intensivas de formación espiritual que, acordes al proceso psico-evolutivo de los destinatarios, les ayuden a generar experiencias de conversión.

2.Promover la participación y concientización en el cultivo de las devociones cristianas, especialmente a la Virgen María.

3.Acompañar a los alumnos y profesores en su crecimiento personal y espiritual.

4.Cultivar la vida interior a partir de la práctica de la lectura orante de los evangelios y los modos de oración ignacianos.

5.Celebrar los misterios cristianos y cultivar la expresión simbólica de la fe a través de la liturgia y los sacramentos, particularmente en la confesión, la confirmación y la eucaristía.

6.Ofrecer un proceso de formación catequética continua a quines, cumpliendo las condiciones requeridas, deseen recibir los sacramentos de la confesión, la eucaristía y la confirmación.

Motivar a la comunidad educativa a participar en las actividades de formación teológica y social de la coordinación pastoral.

Formación Socio-política

Según explica el Sínodo de Obispos de 1971 “la acción a favor de la justicia y la participación en la transformación del mundo se nos presenta claramente como una dimensión constitutiva de la predicación del evangelio, es decir, de la misión de la Iglesia a favor de la redención de la humanidad y la liberación de toda situación opresiva” . Para la Compañía de Jesús, especialmente desde la Congregación General XXXII, “el camino hacia la fe y la justicia son inseparables”. Con la opción preferencial por los pobres y la promoción de la justicia, la Compañía pretende dar respuestas concretas, radicales y adecuadas a un mundo que sufre injustamente. Pretende promover una justicia sustantiva, capaz de producir cambios en las estructuras  injustas y opresivas que son un escándalo contra la humanidad y contra Dios. Esto requiere de un compromiso orientado a la acción a favor del pobre desde una valiente opción personal. 

Ese compromiso cobra pleno sentido desde el carisma de la Compañía en la medida en la que es respuesta a la fe. Es en Jesucristo, el “hombre para los demás”, donde radica nuestra opción por los pobres. Promovemos una justicia esperanzada con la que, con nuestro aporte personal, colaboramos en la construcción del reino de fraternidad prometido por Jesús. No promovemos una justicia materialista, separada de la fe  . “Es de la caridad de donde reciben su fuerza la propia fe y el anhelo de justicia. La justicia no logra su plenitud interior sino en la caridad. El amor cristiano implica y radicaliza las exigencias de la justicia al darle una motivación y una fuerza interior nueva. ...La justicia sin caridad no es evangélica”.  La proclamación del don contracultural de Cristo no es otra cosa más que la proclamación de un nuevo paradigma de humanidad que ve en Jesús “el camino, la verdad y la vida”.

Las obras educativas de la Compañía por su parte, juegan un papel importantísimo en esta labor: Toda la acción educativa debe estar en función de esta promoción de la justicia. En palabras del P. Arrupe “un apostolado tan sinceramente querido por la Compañía y de cuya trascendencia nadie duda, como es la educación en sus distintos niveles, debe ser sometido a reflexión en su forma concreta actual a la luz de las exigencias del problema social”. “Nuestra meta y objetivo educativo es formar hombres que no vivan para sí mismos, sino para su Dios y su Cristo, para aquél que por nosotros murió y resucitó; hombres para los demás, es decir, hombres que no conciban el amor a Dios sin amor al hombre; un amor eficaz que tiene como primer postulado la justicia que es la única garantía de que nuestro amor a Dios no es una farsa.” 

En el colegio, el área de Formación Social pretende ofrecer a todos los miembros de nuestra comunidad educativa la posibilidad participar en experiencias formativas que, acordes a su desarrollo evolutivo, les permitan entrar en contacto con la realidad de los pobres, para interiorizar el compromiso con la justicia que nace de la fe en Jesús. Estas experiencias han de ser significativas en orden a lograr la apertura al cambio. Pretende formar agentes multiplicadores de la auténtica solidaridad evangélica. Las actividades específicas buscan la sensibilización, la concientización y el compromiso solidario y comunitario, así como fortalecer valores de cooperación, solidaridad, entrega y fomentar la actitud de servicio en el marco de una formación integral.

Los Campamentos de Trabajo

Son experiencias formativas de inserción en obras de la Compañía de Jesús que se proponen a los alumnos a partir de noveno grado con la finalidad de exponerlos al contacto con realidades ricas en trabajo, cultura y generosidad pero con menores recursos y comodidades a los que la mayoría de nuestros alumnos están acostumbrados. La finalidad de éstos encuentros es la de confrontar el modo de vida de los participantes (el modo de relacionarse ante las cosas, las personas y Dios) con otro modo de vida distinto y enriquecedor que aporta una valoración a las oportunidades recibidas y un esfuerzo por superarse en el marco del estudio, el trabajo, la disciplina y la sana convivencia.

A partir de estas experiencias, esperamos que nuestros alumnos aprendan a valorar dones realmente importantes como la familia, el trabajo, el estudio, el silencio, la naturaleza, la responsabilidad; aprendan a relativizar algunas falsas dependencias relacionadas con la tecnología, el vestido, lujos, caprichos y se estimulen a crecer cualitativamente en su capacidad de relacionarse con otros desde lo que son y no desde lo que representan o tienen.

Himnos Ignacianos

HIMNO DEL COLEGIO 

iAvancemos y arriba Venezuela!

iNuestro grito es de patria y religión!

Y en la lucha sigamos las pisadas

de San Ignacio y El Libertador.

Hoy juramos ser jóvenes de Cristo

y luchar por la patria hasta morir.

Juventud es la patria del mañana

iAdelante, adelante a combatir!

Queremos forjar en nosotros

valor y conciencia cristiana;

queremos honrar al Colegio

con triunfos de estirpe ignaciana.

Bandera de gloria alzaremos

de aplauso a la noble virtud;

que suenen clarines de triunfo al paso marcial de la juventud.

iOh, Tú!, del Colegio la estrella

¡La Virgen de tierna mirada!

¡Quisiera la luz de esos ojos

por siempre guardar en mi alma!

Quisiera ampararme a tu sombra

y amarte con tierno candor

¡Condúceme Tú por la vida

y sé mi camino seguro hacia Dios!

 

Escuche aquí Himno del Colegio

 

HIMNO DEL LOYOLA

Es la ley que nos rige y nos gobierna

la de ser ante todo caballeros

ni por ser en la lucha los primeros

despreciar al valiente contendor.

Más si adversa nos viene la fortuna

nuestra leyes seguir con nuevos bríos

defendiendo la enseña del equipo

sin cejar en el ánimo y ardor.

Comienza la lucha con tren formidable

pero no se agotan pues son incansables

y si algún muchacho flojea o decae

el Capitán grita: ¡Viva Loyola!

Y el ardor aumenta y vencen al fin. (bis)

Hip, hip, hip, hurra! (bis)

 

P. Gastaminsa y Bertoré

Eschuche aqui Himno del Loyola

   

HIMNO A SAN IGNACIO

Fundador, sois Ignacio y General

de la Compañía real

que Jesús con su nombre distinguió;

la legión de Loyola con fiel corazón

sin temor enarbola la Cruz por pendón,

lance, lance a la lid, fiero Luzbel,

a sus huestes en tropel.

De Luzbel las legiones se ven ya marchar

y sus negros pendones el sol enlutar;

Compañía de Jesús, corre a la lid, a la lid.

Del infierno la gente no apague su ardor

que ilumina su frente de Ignacio el valor.

Ya voces escúchanse de trompa bélica,

el santo ejército sin treguas bátese

y alza sus lábaros en la batalla campal,

fiel presagio del lauro bélico y de la paz,

del lauro y de la paz.

 

Nemesio Otaño

Eschuche aqui Himno San Ignacio

 

HIMNO DEL CEL

De valientes conquistadores

heredamos valor.

Somos tropas de exploradores

en los campos del honor.

¡Surqid, compañeros!

alegres venid

siempre listos siempre los primeros:

ia vencer o morir!

Por coraza llevad pureza,

por espada el honor

por escudo la fortaleza

y por yelmo audaz valor.

Surgid, compañeros! ...

A las cumbres de altivos montes

anhelamos llegar.

Este cóndor sus alas grandes

ya comienza a desplegar.

Surgid, compañeros! ...

Siempre listos, somos CELlSTAS

hoy, juramos lealtad.

Serán siempre nuestras conquistas:

Dios, la Patria y el Hogar.

Surgid, compañeros! ...

 

Escuche aquí Himno del CEL

Domingo, 10 – 5 – 20 5° Pascua

 

(Textos: He 6,1-7; 1Pe, 2, 4-9; Jn 14, 1-12)

Este domingo celebramos el Día de la Madre en toda Venezuela. Día tradicional, cargado de hondos sentimientos personales. Es un día de sentirse agradecido por la vida recibida, por el cariño con el que nos han acompañado nuestras madres, y que nos han hecho ser, en buena medida, lo que somos. Este es un momento de país donde, también, muchas madres están angustiadas por la suerte de sus hijos emigrados, en peligro, muertos o presos; madres con mucho dolor y mucho coraje para seguir luchando por una vida digna para sus hijos. Por el amor que han puesto nuestras madres en nosotros, se merecen y nos merecemos este alto para hacernos conscientes de hacia dónde se dirige nuestra vida, cuáles son las motivaciones que nos guían, los valores que nos sustentan. Otra razón más para detenernos y reposar en una escucha y mirada atenta a nuestros sentimientos y a los valores que nos fundamentan.

 

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Perfil del Representante del Colegio San Ignacio

EN EL SER:

• Si queremos alumnos libres, autónomos y responsables, necesitamos padres:

Promotores en el hogar y en la escuela de la libertad como valor fundamental en el proceso formativo de sus hijos; participantes en las oportunidades para el discernimiento y la deliberación en la toma de decisiones responsables.Respetuosos de las normas y procedimientos expresados en los Reglamentos de disciplina y convivencia; contrarios a la mentira y el engaño, al excesivo paternalismo, al autoritarismo y a la permisividad.

• Si queremos alumnos capaces de asumir los valores que dan sentido a la vida  en democracia, necesitamos padres:

Defensores de los valores de la vida, de la auténtica participación democrática en las organizaciones sociales y defensoras de los derechos humanos, activos en el fortalecimiento de comunidades solidarias y participantes en la Sociedad Ignaciana de Padres y Representantes (SIPRE) y en las comisiones y asambleas que se organicen en función del Proyecto Educativo del Colegio San Ignacio, (PECSI).

• Si queremos alumnos dispuestos a desarrollar los talentos dados por Dios para alcanzar la excelencia, necesitamos padres:

Con presencia responsable y permanente en el proceso de formación de sus hijos, conocedores de las tendencias y prácticas adecuadas para la evolución de las habilidades, destrezas y técnicas necesarias para responder a las demandas del mundo social, político y cultural de nuestros tiempos.           • Si queremos alumnos comprometidos con la justicia que se deriva de su fe, necesitamos padres:

Eficaces colaboradores en el proceso de formación de sus representados en función de los valores de la religión católica, dando singular importancia a las celebraciones de la Iglesia y al sentido de pertenencia a la misma a favor de la justicia , el amor y la paz; defensores de la institución familiar como núcleo central de la formación humana y cristiana y fuente permanente de apoyo y participación en el Proyecto Educativo del Colegio, (PECSI).

EN EL SABER:

• Si queremos que nuestros jóvenes desarrollen al máximo los talentos dados por Dios, necesitamos padres:

Que acompañen a sus hijos en el proceso educativo apoyando los proyectos pedagógicos propuestos por el colegio y las actividades que complementan su desarrollo integral (celebraciones religiosas, acción social y pastoral, actividades deportivas, culturales y sociales), que estén conscientes de la responsabilidad de suministrar las condiciones y recursos mínimos para un desarrollo armónico de sus talentos y personalidad.

• Si queremos que nuestros jóvenes conozcan los procesos básicos del pensamiento, necesitamos padres: Que reflexionen con sus hijos acerca de la necesidad de identificar cuáles son los procesos del pensamiento y cómo pueden ser utilizados para favorecer el aprendizaje, tomando en cuenta su desarrollo evolutivo y las características propias de su intelecto. 

• Si queremos que nuestros jóvenes conozcan la realidad político social en la cual se desarrollan, necesitamos padres:

Que se interesen por el acontecer de la vida nacional e internacional y susciten oportunidades de conversación con sus hijos acerca de la problemática político social en la cual estamos inmersos, dialogando y reflexionado en forma objetiva y amena, según sea al nivel  de desarrollo en el cual se encuentran, permitiendo identificar las situaciones de injusticia y exclusión social.

• Si  queremos  que  nuestros  hijos  conozcan  los  valores  fundamentales  de           nuestra religión católica, necesitamos padres:

Que ofrezcan oportunidades donde se puedan identificar y apreciar los valores de Fe, Justicia, Paz, Amor y Libertad y que practiquen esos mismos valores en el hogar, en el trabajo y en su vida religiosa, social y profesional.

• Si queremos jóvenes que se conozcan a sí mismos, necesitamos padres:

Atentos al desarrollo físico y mental de sus hijos, que comprendan las diversas circunstancias que atravesarán a lo largo de su crecimiento para garantizarles un aprendizaje experiencial favorable a su desarrollo armónico. Asimismo, que conozcan el ambiente en el cual se desenvuelven sus hijos para resguardar un sano desarrollo social y personal. 

• Si  queremos  que  nuestros  jóvenes  conozcan  la vida pública, necesitamos         padres:

Que participen activamente en lo público a través de las asociaciones que promueven una sociedad civil justa y democrática, que promuevan la solidaridad y el valor que representa el servicio a los demás a través de la Fe y la promoción de la Justicia; que dialoguen con sus hijos acerca de cómo está conformada nuestra sociedad civil y gubernamental y sobre la necesaria participación que debemos tener en el desarrollo de la vida social y política a favor de los más necesitados (pobres y excluidos); que conozcan la constitución y las leyes que rigen los destinos de la Nación.

EN EL VIVIR:

• Si  queremos  que nuestros  jóvenes tengan  a Cristo   como modelo  de vida humana, necesitamos padres:

Dispuestos a asumir un modelaje permanente destacando los valores fundamentales de nuestra religión católica; que vivan el sacramento del matrimonio en forma continua como un proceso de identidad con el Dios Cristiano, siendo su imagen y semejanza. Necesitamos padres que participen con sus hijos, en las celebraciones de nuestra religión, y los enseñen a orar y a recibir los sacramentos, como elementos de identidad y pertenencia a la comunidad de la Iglesia católica.

• Si  queremos que  nuestros jóvenes  tomen  como opción  fundamental  a los pobres y excluidos, necesitamos padres:

Que privilegien el servicio a los demás, fundamentalmente a los pobres y excluidos como demostración de Fe y promoción de la Justicia, compartiendo, en lo posible, sus condiciones de vida para hacerlos protagonistas en  la sociedad y en la Iglesia, conscientes de la importancia de la solidaridad y  de la vida comunitaria.

• Si  queremos  que  nuestros jóvenes utilicen al máximo su desarrollo físico y   mental, necesitamos padres:

Que estimulen a sus hijos para que asuman el estudio con dedicación y comprendan que el mismo es la base de la excelencia para estar al servicio efectivo de quienes nos necesitan.

Que orienten a sus hijos para asumir un liderazgo basado en la formalidad, el respeto, la libertad y en el conocimiento previo del contexto en el cual se desarrollan.

Que estimulen a sus hijos a participar en las actividades deportivas y en las organizaciones estudiantiles (CEL, CESI, Banda, EDASI).

• Si  queremos  que  nuestros  jóvenes  utilicen  el  diálogo   como  una   forma efectiva de comunicación, necesitamos padres:

Que mantengan una actitud de diálogo y deliberación tanto en la familia como dentro de la Comunidad Educativa, generando respeto, apoyo y colaboración para con los docentes, empleados y obreros.

Que adopten una actitud de solidaridad con las decisiones que se tomen en el Colegio, reflexionando con sus hijos acerca del diálogo como herramienta fundamental en la resolución de situaciones de discrepancia que se puedan presentar en nuestros ambientes de vida.

Que  destaquen la importancia de asumir las  responsabilidades que nos corresponden en la vida para ser más autónomos y libres.

Que asistan y participen en las reuniones que el Colegio convoque aportando ideas que puedan fortalecer nuestro Proyecto Educativo.

Que asistan y participen eficazmente en las diversas actividades que programe la comunidad, en especial las relacionadas con lo pastoral, académico, deportivo, cultural y social.

• Si  queremos que nuestros jóvenes  participen  activamente  en experiencias  de fe cristiana, necesitamos padres:

Que orienten a sus hijos hacia la Fe que se deriva de la Oración, La Eucaristía y los Ejercicios Espirituales a la manera de San Ignacio de Loyola y que asistan, junto con sus hijos a las celebraciones de la Iglesia y estimulen a su participación en los eventos de la pastoral colegial (retiros, convivencias, pasantías, encuentros con otros ambientes y culturas).

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