EN EL SER:
• Si queremos alumnos libres, autónomos y responsables, necesitamos padres:
Promotores en el hogar y en la escuela de la libertad como valor fundamental en el proceso formativo de sus hijos; participantes en las oportunidades para el discernimiento y la deliberación en la toma de decisiones responsables.Respetuosos de las normas y procedimientos expresados en los Reglamentos de disciplina y convivencia; contrarios a la mentira y el engaño, al excesivo paternalismo, al autoritarismo y a la permisividad.
• Si queremos alumnos capaces de asumir los valores que dan sentido a la vida en democracia, necesitamos padres:
Defensores de los valores de la vida, de la auténtica participación democrática en las organizaciones sociales y defensoras de los derechos humanos, activos en el fortalecimiento de comunidades solidarias y participantes en la Sociedad Ignaciana de Padres y Representantes (SIPRE) y en las comisiones y asambleas que se organicen en función del Proyecto Educativo del Colegio San Ignacio, (PECSI).
• Si queremos alumnos dispuestos a desarrollar los talentos dados por Dios para alcanzar la excelencia, necesitamos padres:
Con presencia responsable y permanente en el proceso de formación de sus hijos, conocedores de las tendencias y prácticas adecuadas para la evolución de las habilidades, destrezas y técnicas necesarias para responder a las demandas del mundo social, político y cultural de nuestros tiempos. • Si queremos alumnos comprometidos con la justicia que se deriva de su fe, necesitamos padres:
Eficaces colaboradores en el proceso de formación de sus representados en función de los valores de la religión católica, dando singular importancia a las celebraciones de la Iglesia y al sentido de pertenencia a la misma a favor de la justicia , el amor y la paz; defensores de la institución familiar como núcleo central de la formación humana y cristiana y fuente permanente de apoyo y participación en el Proyecto Educativo del Colegio, (PECSI).
EN EL SABER:
• Si queremos que nuestros jóvenes desarrollen al máximo los talentos dados por Dios, necesitamos padres:
Que acompañen a sus hijos en el proceso educativo apoyando los proyectos pedagógicos propuestos por el colegio y las actividades que complementan su desarrollo integral (celebraciones religiosas, acción social y pastoral, actividades deportivas, culturales y sociales), que estén conscientes de la responsabilidad de suministrar las condiciones y recursos mínimos para un desarrollo armónico de sus talentos y personalidad.
• Si queremos que nuestros jóvenes conozcan los procesos básicos del pensamiento, necesitamos padres: Que reflexionen con sus hijos acerca de la necesidad de identificar cuáles son los procesos del pensamiento y cómo pueden ser utilizados para favorecer el aprendizaje, tomando en cuenta su desarrollo evolutivo y las características propias de su intelecto.
• Si queremos que nuestros jóvenes conozcan la realidad político social en la cual se desarrollan, necesitamos padres:
Que se interesen por el acontecer de la vida nacional e internacional y susciten oportunidades de conversación con sus hijos acerca de la problemática político social en la cual estamos inmersos, dialogando y reflexionado en forma objetiva y amena, según sea al nivel de desarrollo en el cual se encuentran, permitiendo identificar las situaciones de injusticia y exclusión social.
• Si queremos que nuestros hijos conozcan los valores fundamentales de nuestra religión católica, necesitamos padres:
Que ofrezcan oportunidades donde se puedan identificar y apreciar los valores de Fe, Justicia, Paz, Amor y Libertad y que practiquen esos mismos valores en el hogar, en el trabajo y en su vida religiosa, social y profesional.
• Si queremos jóvenes que se conozcan a sí mismos, necesitamos padres:
Atentos al desarrollo físico y mental de sus hijos, que comprendan las diversas circunstancias que atravesarán a lo largo de su crecimiento para garantizarles un aprendizaje experiencial favorable a su desarrollo armónico. Asimismo, que conozcan el ambiente en el cual se desenvuelven sus hijos para resguardar un sano desarrollo social y personal.
• Si queremos que nuestros jóvenes conozcan la vida pública, necesitamos padres:
Que participen activamente en lo público a través de las asociaciones que promueven una sociedad civil justa y democrática, que promuevan la solidaridad y el valor que representa el servicio a los demás a través de la Fe y la promoción de la Justicia; que dialoguen con sus hijos acerca de cómo está conformada nuestra sociedad civil y gubernamental y sobre la necesaria participación que debemos tener en el desarrollo de la vida social y política a favor de los más necesitados (pobres y excluidos); que conozcan la constitución y las leyes que rigen los destinos de la Nación.
EN EL VIVIR:
• Si queremos que nuestros jóvenes tengan a Cristo como modelo de vida humana, necesitamos padres:
Dispuestos a asumir un modelaje permanente destacando los valores fundamentales de nuestra religión católica; que vivan el sacramento del matrimonio en forma continua como un proceso de identidad con el Dios Cristiano, siendo su imagen y semejanza. Necesitamos padres que participen con sus hijos, en las celebraciones de nuestra religión, y los enseñen a orar y a recibir los sacramentos, como elementos de identidad y pertenencia a la comunidad de la Iglesia católica.
• Si queremos que nuestros jóvenes tomen como opción fundamental a los pobres y excluidos, necesitamos padres:
Que privilegien el servicio a los demás, fundamentalmente a los pobres y excluidos como demostración de Fe y promoción de la Justicia, compartiendo, en lo posible, sus condiciones de vida para hacerlos protagonistas en la sociedad y en la Iglesia, conscientes de la importancia de la solidaridad y de la vida comunitaria.
• Si queremos que nuestros jóvenes utilicen al máximo su desarrollo físico y mental, necesitamos padres:
Que estimulen a sus hijos para que asuman el estudio con dedicación y comprendan que el mismo es la base de la excelencia para estar al servicio efectivo de quienes nos necesitan.
Que orienten a sus hijos para asumir un liderazgo basado en la formalidad, el respeto, la libertad y en el conocimiento previo del contexto en el cual se desarrollan.
Que estimulen a sus hijos a participar en las actividades deportivas y en las organizaciones estudiantiles (CEL, CESI, Banda, EDASI).
• Si queremos que nuestros jóvenes utilicen el diálogo como una forma efectiva de comunicación, necesitamos padres:
Que mantengan una actitud de diálogo y deliberación tanto en la familia como dentro de la Comunidad Educativa, generando respeto, apoyo y colaboración para con los docentes, empleados y obreros.
Que adopten una actitud de solidaridad con las decisiones que se tomen en el Colegio, reflexionando con sus hijos acerca del diálogo como herramienta fundamental en la resolución de situaciones de discrepancia que se puedan presentar en nuestros ambientes de vida.
Que destaquen la importancia de asumir las responsabilidades que nos corresponden en la vida para ser más autónomos y libres.
Que asistan y participen en las reuniones que el Colegio convoque aportando ideas que puedan fortalecer nuestro Proyecto Educativo.
Que asistan y participen eficazmente en las diversas actividades que programe la comunidad, en especial las relacionadas con lo pastoral, académico, deportivo, cultural y social.
• Si queremos que nuestros jóvenes participen activamente en experiencias de fe cristiana, necesitamos padres:
Que orienten a sus hijos hacia la Fe que se deriva de la Oración, La Eucaristía y los Ejercicios Espirituales a la manera de San Ignacio de Loyola y que asistan, junto con sus hijos a las celebraciones de la Iglesia y estimulen a su participación en los eventos de la pastoral colegial (retiros, convivencias, pasantías, encuentros con otros ambientes y culturas).